

THE STORY
Soy Yolanda Sotos, y la pasión por el cuidado de la piel ha sido parte de mi vida desde que tengo memoria. Crecí en el salón de belleza de mi madre, donde observaba con admiración cómo transformaba la apariencia y confianza de las personas que atendía. Desde entonces, nunca dejé de experimentar, estudiar y buscar maneras de perfeccionar lo que ella me enseñó.
Mi vida dio un giro cuando me mudé a Australia, donde viví durante varios años. Allí, me sumergí en una nueva cultura y aprendí sobre diferentes enfoques del bienestar. Mis viajes posteriores me permitieron descubrir y experimentar técnicas y hábitos que complementaron mi visión holística del cuidado de la piel. Descubrí que la belleza verdadera va más allá de lo superficial; es un equilibrio entre el cuerpo, la mente y el espíritu.
A pesar de que inicialmente mi pasión por la cosmetología era algo personal, un acto de amor propio y para mi círculo cercano, en 2018 decidí llevarlo a un nivel profesional. Me matriculé en un postgrado de cosmetología para afianzar mis conocimientos y poder ofrecer a otros lo que durante años había perfeccionado para mí misma: un cuidado de la piel que no solo embellece, sino que también nutre el alma.
Hoy, en The Skin Bar, mi misión es hacer que cada persona que cruce la puerta se sienta cuidada, comprendida y revitalizada. Cada tratamiento es un acto de mindfulness y amor propio, diseñado no solo para mejorar la piel, sino para ofrecer un momento de reconexión y paz en medio del ajetreo diario.
En The Skin Bar, abrazamos el concepto de Slow Beauty y la sostenibilidad, ofreciendo tratamientos faciales que combinan lo mejor de la acupuntura cosmética, tratamientos naturales, masajes y técnicas alternativas no invasivas. Mi objetivo es compartir la felicidad y el bienestar que he encontrado a través de este camino, ayudando a cada persona a descubrir la mejor versión de sí misma.



